Acciones empresarias. El arte en el Bicentenario
Publicado el diciembre 21, 2010
Escrito por Mario Gilardoni

El año se termina y los balances se imponen. Uno que es poco habitual y que en 2010 tiene un saldo claramente positivo es el que repasa la participación y el apoyo de las empresas a la producción de los artistas, su mayor visibilidad local e internacional y el desarrollo del mercado de arte en la Argentina. El 2010 no es un año cualquiera, es el año del Bicentenario, una fecha que convocó a todos a reflexionar sobre 200 años de cultura, pensamiento e historia de la Argentina. Fue el marco ideal para que muchas empresas profundizaran su compromiso con la cultura, y muchas eligieron a las artes plásticas como un camino posible, financiando a los museos en la compra de obra, estimulando la producción de los artistas con premios y concursos, adquiriendo obras para sus colecciones o abriendo al público las ya existentes.
Es imposible hacer aquí una reseña minuciosa y completa de todas las acciones que las empresas del sector público o privado llevaron adelante este año. Pero vale la pena recordar algunas, sin pretensión de no incurrir en omisiones.
La primera que viene a la memoria -por ser la más reciente y en pleno desarrollo- es la puesta en valor y exhibición, por primera vez, de la extraordinaria Colección Banco Nación de la Nación Argentina en el Centro Cultural Borges. La muestra fue precisamente un aporte de la Fundación Banco Nación a las celebraciones del Bicentenario.
Pero las acciones de mayor impacto comenzaron este año en junio, con la apertura de arteBA. La primera obra que se vendió allí fue adquirida a Alberto Sendrós por Chandon, que seleccionó la obra «Simetría N° 27» de Verónica Di Toro, (Premio Chandon), para comprarla y donarla al Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez, de la Ciudad de Santa Fe. La participación de Chandon no terminó allí. Como ya es tradicional,fue el sponsor del espacio Barrio Joven-Chandon, destinado a artistas y galerías emergentes.
Fueron varios los museos que pudieron adquirir obra en arteBA gracias a aportes de empresas. Bellas Artes, por ejemplo, compró una obra de Eduardo Stupía a la galería Mara-La Ruche gracias a una donación de US$ 25.000 realizada por el Citi a la Asociación de Amigos del Museo.
Mediante el programa Matching Funds, de Zurich, El Caraffa, de Córdoba, pudo adquirir dos obras: una de Alfredo Prior por US$ 15.000 (Vasari) y una de Marcia Schvartz (Rubbers). Hubo varias compras más de museos gracias a Matching Funds: por este programa, Zurich aportó $ 28.000 a cada museo, que puso una cantidad igual o mayor para cada compra.
La Rural, por medio de su programa Impulsarte, adquirió cinco obras. Y la misma cantidad compró la empresa Manifiesto.
Petrobrás volvió a tener una presencia fuerte con su Premio arteBA-Petrobras de Artes Visuales, que premia con $ 50.000 un proyecto y aporta $ 12.000 a otros cuatro para su realización.
Arcos Dorados presentó por primera vez en arteBA su Concurso de Pintura Latinoamericana, que premió al mexicano Miguel Mathar con US$ 8.000 (adquisición).
En este año del Bicentenario varias empresas mantuvieron especialmente activos sus espacios propios de exhibición de arte y otras, que no los tenían, los abrieron. Uno de los que presentaron muestras más ambiciosas fue el Espacio Fundación Telefónica, que desde hace tiempo pone el foco en el vínculo entre arte y nuevas tecnologías. Allí se realizan, además de exhibiciones, todo tipo de actividades alrededor del tema. Hace meses, por ejemplo, tuvieron lugar allí las jornadas sobre investigación y nuevas prácticas en la conservación de arte contemporáneo, un tema vital que en la Argentina sólo conoce un puñado de especialistas. Aunque la Fundación no tiene carácter museístico, por lo que no cuenta con restauradores ni conservadores, organizó este encuentro como consecuencia de restauración -en ese momento en curso- de la obra Miniphone que Marta Minujín realizó en 1967 y que ahora se exhibe en la muestra de la artista en el Malba. Dos exhibiciones importantes realizadas este año en el espacio fueron Pasado & Presente, Colección Nuevos Medios del Centro Pompidou, que presentó obras de ese museo, y Televisión. El Di Tella y un episodio en la historia de la TV.
Un espacio que se sumó este año a los que las empresas tienen en Buenos Aires para la exhibición de arte es la planta baja del edificio que YPF tiene en Puerto Madero. «Queremos que este sea un faro de las artes para Buenos Aires», dijo el vicepresidente de la Fundación YPF, Ezequiel Eskenazi, cuando inauguró allí el programa Arte en la Torre ante muchísima gente, pese a la tormenta que caía sobre la ciudad esa noche de marzo. Con curaduría de Fernando Farina, el programa convocó luego a artistas contemporáneos, con proyectos especialmente concebidos para el lugar. Hasta ahora pasaron Graciela Sacco, Nicola Costantino, Edgardo Jiménez y Gabriel Valansi, actualmente en exhibición. El próximo es Adrián Villar Rojas, artista seleccionado para representar a la Argentina en la Bienal de Venecia 2011.
El de la Fundación Proa, en La Boca, es otro de las espacios que -en este caso, gracias al auspicio permanente de Tenaris Techint- fue clave para las artes visuales en 2010. Allí se realizó hace meses la que sin duda fue una de las exposiciones del año: El universo futurista, 1909-1936.
Otra de las grandes muestras de 2010 fue, en marco del Festival de la Luz, la del fotógrafo checo Josef Koudelka, también en el espacio de exhibición de una empresa, el de la Fundación OSDE.
El Festival de la Luz tuvo otro de sus puntos centrales en el Espacio Itaú Cultural, que el banco abrió el año pasado en la esquina de Cerrito y Viamonte. Itaú Cultural fue además uno de los sponsors más importantes del festival de fotografía. En ese espacio se exhibieron también este año las fotografías seleccionadas y las ganadoras del Premio Itaú Cultural. Los tres premios adquisición ($15.000, $10.000 y $7.000) fueron respectivamente para Gabriel Chaile (Postal, 2007); Mariano Vilela (Paisaje heredado, 2009); y Jorge Miño (La estructura fundamental, 2009) pasaron a formar parte de la Colección de Arte Contemporáneo de Banco Itaú.
Otros dos premios de fotografía instituidos por empresas se otorgaron en el marco de la feria Buenos Aires Photo, que reunió a unos treinta galerías en octubre pasado en el Palais de Glace. El Petrobrás Buenos Aires Photo otorgó dos premios adquisición de $ 15.000 y $ 7.000. Fueron para el peruano Roberto Huarcaya por su obra «Playa Pescadores, Club Regatas», y para Nuna Mangiante por «Confesionario». Las fotos se incorporaron a la colección de la empresa. Por su parte, el Concurso Abierto de Fotografía de American Express premió con US$ 5.000 la fotografía «Pestañas», de María Marinio, y con US $2.500 la obra «escaleras», de Andrés Wertheim.
En Buenos Aires Photo, además, American Express donó a La Asociación de Amigos del Malba US$ 20.000, dentro del programa «+ arte para nuestros museos», para la compra a Ruth Benzacar de las obras «Red with him», de Liliana Porter, y «Autorretrato Nicola según Berni», de Nicola Costantin. hubo otras cinco adquisiciones institucionales importantes: Manifesto compró una obra de Ignacio Iasparra de la Galería Ernesto Catena, por US$ 3.200. La fotografía formará parte de la colección de Arte y Diseño de Manifesto. Hope Funds hizo posible la compra por US$ 2.800 de una obra de Adriana Lestido a la Galería Matilde Bensignor. Chandon adquirió por US$ 1.800 una obra de Lila Siegrist, «Los monstruos de Las Ocampo» a Galería Del Infinito y una obra de Laghi a Espacio Mainardi + Laghi. Arte al Día adquirió una obra de Adrián Villar Rojas en Galería Ruth Benzacar, una de Gaby Messina (US$ 2.000) en Elsi del Río & Gachi Prieto, que se asociaron en esta feria. Rabobank adquirió para su colección institucional dos obras de Diego Ortiz Mugica.
Además de los concursos de fotografía de Petrobrás y American Express, se realizó este año el del Banco Ciudad: «Gente de mi ciudad», con cinco premios de $ 10.000, $ 6.000, $ 5.000 $ 4.000 y $ 3.000. Las fotos seleccionadas se exhibieron en el Centro Cultural Recoleta. Allí mismo el Banco Ciudad auspició este año varias muestras. En el invierno pasado, por ejemplo, la retrospectiva del maestro Enio Iommi y, al mismo tiempo, en una sala contigua, la de instalación y escultura del artista emergente Diego Bianchi, «Ejercicios espirituales».
Este texto podría seguir interminablemente. El espectro es muy amplio, tanto del lado de las empresas -desde bancos hasta empresas de fast food- como de las disciplinas y corrientes artísticas que reciben su aporte o financiamiento. Enumeraremos apenas algunos casos más para terminar: la extraordinaria muestra de arte geométrico de la colección Daimler- Benz, que Mercedes Benz Argentina presentó en el Malba; el premio de escultura que Arnet organizó junto al Museo de Arte Tigre; el apoyo de la Fundación Epson a una sala de exhibición de arte digital en el Centro Cultural Recoleta; el premio de pintura del Banco Central; la muestras que la Bodega Salentein hace en Killka, su museo de Mendoza; La muestra «Hacedores by Trapiche», de artistas que trabajan en plata, que esa bodega presentó en la Fundación Fortabat en Puerto Madero, en Rosario y en Mendoza. Y nos quedamos con la seguridad de omitir muchas otras acciones de empresas que muestran su interés y su compromiso con el arte.
Ojalá el Bicentenario no haya sido un momento excepcional y esas acciones continúen. Hace falta.