Breuer Moreno, 40 años en el mundo de los remates

 

Publicado el noviembre 5, 2012

Escrito por Mario Gilardoni

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breuer«Esta zona era un barrio con características muy especiales otorgadas por el viejo Pasaje Seaver y todos sus atractivos satélites. Para nosotros fue una verdadera aventura instalarnos aquí, especialmente impulsados por la fuerte carga energética de mi hermana».
Así describe Ernesto Breuer Moreno la creación en 1972 de la casa de remates, que junto a su hermana Adriana (ya fallecida) instalaron en su dirección actual, Libertad 1650, entre Posadas y Libertador.
«Este era otro mundo para nuestra actividad ya que sólo teníamos cerca el local de Guerrico y Williams, que cinco años después fue arrasado por la demolición de la 9 de Julio. Por supuesto que la evolución posterior de los últimos treinta años, no sólo convirtió aquel proyecto en una excelente inversión inmobiliaria, sino que nos situó en el centro de una floreciente actividad relacionada con el arte y las antigüedades. Basta recordar que a la vuelta, a pocos metros, se instaló la casa Posadas, que mediante la unión de varios rematadores se constituyó en una empresa que marcó rumbo en esta actividad», rememora Breuer Moreno.
«El hecho de ser propietarios del local y de haber mantenido una misma metodología de trabajo a través de los años nos protegió de los vaivenes económicos generadas por épocas muy malas, que requirieron grandes esfuerzos para seguir adelante».
Cuando Breuer Moreno se refiere a una metodología de trabajo, está señalando la característica que la distingue de las subastadoras tradicionales: realizar remates semanales -todos lo miércoles- que seguramente lo inscribirían en el libro de los récords de Guiness como la casa privada que realizó en 40 años el mayor número de remates en la Argentina y por consiguiente el pasaje por la tarima de una inconmensurable cantidad de lotes a un promedio de 300 semanales.
La empresa mantiene un estilo particular, que mantiene la tradición de las antiguas casas de remate: no se confecciona un catálogo y en la mayoría de los casos el martillero va recorriendo el salón, acompañado por los compradores que ofertan frente mismo a los lotes de su interés.
Muchos podrán considerar este sistema un tanto primitivo, así como la selección de las piezas que no pasan exclusivamente por su importancia económica ya que puede estimarse un valor promedio de 3.000 pesos por lote. Pero la respuesta a esta particularidad es la permanencia en el negocio durante cuatro décadas y el perfil de los compradores, con un gran componente de comerciantes que hallan la pieza que necesitaban o que están a la «pesca» de perlitas que se presentan frecuentemente.
«Tal vez uno de los rasgos que más valoran los remitentes es el sistema de liquidación de las ventas ya que se hacen en forma semanal» comenta Breuer, «aunque, a su vez, este sistema no le resulta muy gracioso a los compradores que deben abonar en tiempo y forma sus adquisiciones «
«Este es un trabajo muy atractivo y que hacemos con pasión, ya que toda la actividad es muy personal. La incorporación de mi hijo Ernesto junior hace que todo sea más llevadero ya que un movimiento de tantas piezas es una tarea compleja. A la hora del balance, lo más gratificante es la confianza que depositan en nosotros y que se ha ido transfiriendo de unos a otros en las familias. Es así que a lo largo de loa años seguimos atendiendo ya terceras generaciones de viejos clientes», concluye Ernesto Breuer Moreno con satisfacción.