Coincidentemente, dos juzgados frustraron el remate de importantes obras en Sarachaga y el Banco Ciudad

 

Publicado el septiembre 3, 2012

Escrito por Mario Gilardoni

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martillo tachadoComo si se hubieran puesto de acuerdo, la casualidad quiso que fracasara la subasta más importante de la temporada que Sarachaga había planeado para el martes pasado.
Un día antes de la venta, un recurso interpuesto en un juzgado provocó la suspensión del remate que involucraba 21 lotes, entre los que se encontraban los más importantes del catálogo. Para tener una idea, tan sólo la obra de Joaquín Sorolla y Bastida, «Niños jugando en la playa», aspiraba a obtener unos 600.000 dólares. Si a ello se suman las dos pinturas de Fernando Fader y la de Quinquela (entre los lotes locales) y Le Sidaner, Zandomenegh y Chabas (entre los europeos), se puede calcular una volumen de bases que rondaba el millón y medio de dólares.
Si bien la casa de subastas espera que en algún momento se levante la suspensión y que estos bienes retornen a sus tarimas, no deja de ser importante el perjuicio económico -y el consiguiente disgusto- dada la inversión en obtener la certificación del Sorolla, los videos y el folleto preparados especialmente, sumado a los gastos de promoción y catálogo.
A todo esto se agrega la posible existencia de una interesada, de notoriedad mediática, que pudiera haber resultado la compradora de varios de estos lotes.
Aunque en menor escala, no resultó menos frustrante el retiro de la venta -también por orden judicial- de «Mañana de primavera» pintura de Fernando Fader, tasada en una base de 300.000 pesos y con aspiraciones de subir esta oferta.