El efecto contagio en los grandes precios llegó a otros sectores
Publicado el noviembre 29, 2010
Escrito por Mario Gilardoni

Las supersubastas impresionistas y contemporáneas convocan en Manhattan a un público supermotivado y con toda la adrenalina puesta que se derrama a otras subastas y actividades. Por ello no sorprende que se produzcan algunos hechos puntuales que superan las previsiones de los especialistas.
Uno de ellos fue el superprecio récord que alcanzó una pintura de Sir Lawrence Alma-Tadema, «The finding of Moses» que con un estimado entre 3 a 5 millones, desató una disputa inusual que sobrepasó los ocho minutos. Este tiempo, casi interminable en este tipo de subastas -sobre todo si tenemos en cuenta que la venta de promedio de una obra demanda poco más de un minuto- se justificó si consideramos que al fragor de la puja el precio trepó hasta los 36 millones (diez veces más que el estimado bajo y siete del más alto). Sin duda que la calidad de la obra determinó el interés de los cinco oferentes que en la sala y los teléfonos dirimieron quién lo colgaría en su casa. Como dato complementario, el último record de este maestro del siglo XIX fue, por esta misma obra de 2,8 millones de dólares del año 1995.
Más prosaico fue el 1,1 millones que un coleccionista norteamericano pagó por una técnica mixta (óleo/témpera) de Salvador Dalí (cuatro veces más que su estimado) cuyo gran pedigree fue el haber servido de inspiración para la escenografía de algunas escenas de un film de Alfred Hitchcock, «Cuéntame tu vida» (Spellbound). De esta manera esta pieza superó todas las cotizaciones de firmas como Renoir, Gauguin, Chagall, Giacometti y Picasso entre otros.
La presencia argentino-chilena no recayó en el artista sino en el personaje retratado. La imagen de Giovinetta Errazuriz fue vendida en 6,6 millones (muy buen precio si tenemos en cuenta que su estimado alto fue de 1,5 millones).