El mercado internacional está marcando un camino: el arte contemporáneo
Publicado el noviembre 19, 2012
Escrito por Mario Gilardoni

Frente a la debilidad que mostraron la semana pasada las ventas de Impresionistas, los resultados logrados entre el martes y el jueves por las ventas de arte contemporáneo, aportaron un soplo de arte fresco a los preocupados coleccionistas y operadores de arte de todo el mundo. «El mercado de arte está recubierto de teflón» fue la frase más elocuente y descriptiva que se escuchó en la sala proveniente de una coleccionista, que así asimilaba al mito del Ave Fénix los vaivenes ciclotímicos de las operaciones.
La sumatoria de las ventas del «duopolio» (utilizando un lenguaje familiar en nuestro medio) representado por Christies y Sothebys totalizaron una cifra cercana a los mil millones de dólares (958 millones), lideradas por la facturación de Christies que alcanzó los 525 millones. Estas cifras son valores récords no sólo para las ventas de la especialidad sino para todas las disciplinas del mundo de los remates.
La venta más importante la concretó Sothebys con los 75,1 millones que recaudó por una pintura de Marck Rothko «Nº 1 (Royal Red and Blue)» que alcanzó los 75,1 millones, muy cerca del récord logrado por Christies en mayo pasado en que otra obra del artista se vendió en 87 millones.
A mucha distancia, el segundo precio en importancia lo recaudó Christies con una técnica mixta serigrafiada de Andy Warhol «Statue of Liberty», 43,7 millones. Una curiosidad es que el grafismo utilizado que combina la imagen en rojo y verde sobre fondo blanco crea una ilusión de imagen en 3-D, por lo que los organizadores colocaron en cada catálogo uno de los clásicos lentes bicolores para ver imágenes tridimensionales.
Completó el podio de las mejores cotizaciones un trabajo realizad en 1951 por Jackson Pollock «Pintura Nº 4» donde el artista no se privó de nada en su famoso «chorreado» conformando un verdadero laberinto de color y movimiento, en capas por todas partes con rojo, azul, pintura de aceite de color amarillo, verde y ocre, pintura de aluminio y gotas de esmalte negro. Su precio final redondeó 40,4 millones. Como referencia, a manera de ejemplo de algunos casos de rentabilidad esta obra fue adquirida por sus remitentes en 115.000 dólares en 105.000 dólares. (La tasa de inflación interna en los Estados Unidos en ese período fue del 370% por lo que ese valor actualizado rondaría los 500.000 dólares, una 80 veces menos al precio final de venta).