El presidente francés no posee ningún bien que se asemeje a una obra de arte

Para aquellos gestores culturales franceses que dependen para sus proyectos de los patrocinios generados por el sector privado, al amparo de la ley de mecenazgo, se está haciendo más comprensible la intención de la administración dirigida por el presidente francés Francois Hollande de reducir sus beneficios en 50%, que anunciamos hace dos semanas.
Esta falta de sensibilidad hacia la financiación privada para el arte -tal vez no tan justificada por los problemas económicos, dada la escasa incidencia en el presupuesto global- se deduce por parte de muchos de los operadores de la declaración patrimonial del presidente presentada ante las autoridades de control.
En el rubro «colecciones, objetos de arte, alhajas…» no fue consignado absolutamente nada, lo que implica la inexistencia de alguna obra que tenga significación económica. A esto se agrega que son totalmente desconocidos los gustos artísticos del presidente.