Escultura de Hitler en el gueto de Varsovia y cuadro pintado con las cenizas de crematorio

Más allá de las intenciones de los artistas y su libertad creativa, la simultaneidad de dos episodios en Polonia establecen para muchos los límites ambivalentes que por un lado abren dolorosas heridas en muchos sectores de la sociedad, mientras que llegan a ser bendecidas por rabinos.
Esto se debe a la instalación en el Gueto de Varsovia (donde se estima que perecieron 300.000 judíos que lo habitaron) de una escultura «Him (El)» del escultor italiano Maurizio Cattelan, que representa la imagen en bronce de Adolfo Hitler arrodillado, aparentemente en la muy significativa actitud de orar.
Casi simultáneamente los fiscales polacos iniciaron una investigación sobre la utilización de cenizas provenientes del crematorio en Majdanek -antiguo campo de exterminio nazi donde se estima perecieron 150.000 personas- por parte del artista Carl Michael von Hausswolff para incorporarlas a una pintura «Memory Works», que debió ser retirada por las protestas de la comunidad judía. El autor reconoció haber robado esas cenizas directamente de los hornos.
Desconocemos el resultado final de estas acciones, la perdurabilidad de la escultura en ese sitio o las penas que puedan corresponderle por la profanación de restos humanos.