Finalmente el gobierno chino ha decidido combatir las falsificaciones

Resulta difícil interpretar las formas de actuar del gobierno chino con relación al arte. Por un lado, es de conocimiento general la existencia de toda una comunidad de enseñanza del arte donde se estimula la copia de las obras, cuyo destino es integrarse a un mercado comercial, tal vez con su calificación de copias. Suponemos que no debe ser fácil poder controlar la producción de muchas piezas, especialmente de arte contemporáneo, que provienen de estos «centros de arte».
Ante la proliferación de obras de origen espureo que aparecen en subastas, que gracias a la legislación vigente estan exceptuados de determinar su autenticidad, Guan Yu, subdirector del Buró Municipal de Cultura anunció que el gobierno está estudiando la creación de una base de datos que permita mejora las condiciones en que está operando el mercado. Según lo trascendido, se planea imponer severas penas que permitan combatir lo que denominan «las tres falsificaciones»: obras falsas, ventas falsas y subastas falsas.
De no corregirse estas modalidades delictivas se acentuarán los perjuicios a los inversores así como a la reputación del arte chino en el mercado internacional, donde ya se están tomando recaudos para limitar la participación de algunos operadores de origen chino.