La fiesta de los libreros
Publicado el noviembre 8, 2010
Escrito por Mario Gilardoni

Realmente fue una fiesta la que ofrecieron esos singulares acopiadores de libros antiguos y de discretos perfiles. Entre el 4 y el 7 del corriente, este sexto encuentro organizado por ALADA (Asociación de Libreros Anticuarios de la Argentina) en el ámbito de la Biblioteca Nacional de Maestros ofreció un espacio amplio y bien organizado para lucimiento de las obras expuestas. Las cinco ferias anteriores tuvieron como marco el Museo Enrique Larreta, el Palais de Glace, el Museo Fernández Blanco y el Paseo del Buen Pastor, en la ciudad de Córdoba.
Vitrinas colmadas de ejemplares raros y algunos agotados sobre historia, literatura, temas gauchescos, arte, revistas literarias, cartas de escritores, fotos antiguas, grabados, dibujos y mapas, entre otras piezas que logran excitar la apetencia de los coleccionistas e investigadores.
El ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, presente en la apertura de la Feria destacó que el libro es «un valor siempre presente en los homenajes permanentes, en las reediciones de autores olvidados, en la constante producción de ensayos y libros de investigación». También afirmó que «un libro que cada maestro da a leer mejora a la humanidad» y que su ministerio distribuirá 35 millones de libros. Finalmente incluyó una curiosa expresión: «Tenemos un «hermanamiento» con los libreros».
La sala de trabajo de Leopoldo Lugones que se conserva en la Biblioteca de Maestros quedó instalada en la Feria con el cuadro del poeta pintado por Zabala Moreno en 1929, su viejo sillón de lectura, el escritorio y un antiguo tintero. Su directora, Graciela Perrone, recordó la labor de esa entidad desde el S.XIX como impulsora del sistema educativo nacional, mencionando el patrimonio que alberga con sus colecciones de los S.XVI y XVII. En sus vitrinas se exhibía el pequeño ejemplar de: «Elementos de gramática castellana para uso de los niños», de Diego Herranz y Quiroz, editado en 1830.
El presidente de ALADA, Alberto Casares, titular de su librería desde 1975, señaló que la entidad «busca difundir el mundo del libro antiguo en un público que no siempre accede a bibliotecas y librerías especializadas».
En los 20 stands de los más destacados libreros del país estuvieron a la vista antiguos ejemplares como el «Breviarium» de 1781, en latín, editado por Bausset Roquefort, encuadernador de Luis XV (en la Librería del Plata), de precio reservado, y un mapa sobre tela del Perito Moreno, «Carte de la partie meridionale de la Republique Argentine», de 1901. En Hidalgo Solá fue exhibida la primera edición inglesa de los viajes y exploraciones de Acuña y du Biscay, de 1698.
La colección completa de «Le courier français», de 1890 podía adquirirse por u$s 850 en Epifanía, en tanto que otra colección, la de los almanaques Alpargatas de Florencia Molina Campos desde 1931 a 1962 requería $ 9.900.- en Lord Byron. Por su parte, Gotcha´s Books ofrecía un grupo de fotografías tomadas por el alemán Herbert Kirchhoff en sus viajes por el sur de la Argentina, Bolivia, Perú y Venezuela con precios entre $ 1.500 y $ 2.000.-
En definitiva, los coleccionistas tuvieron al alcance de su vista y de su bolsillo un despliegue de tesoros históricos y literarios para enriquecer sus bibliotecas.