La modalidad de funcionarios franceses por quedarse como souvenirs de objetos artísticos

 

Publicado el julio 28, 2019

Escrito por Mario Gilardoni

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Desde hace tiempo se viene mencionando en nuestro país sobre la desaparición de obras de arte de despachos, embajadas y museos, que en muchos casos son tomados como souvenirs por funcionarios o empleados, o que están perdidos en algún oscuro depósito. Incluso como recuerdo surge aquel director de museo que sacaba obras de la institución que dirigía, para instalarlas en su casa cuando ofrecía alguna reunión.

Pero este parece ser un fenómeno que se observa en otros países, en este caso en Francia. Recientes investigaciones han determinado el faltante de unos 50.000 objetos en las últimas décadas, en base a un inventario de un comité francés.

La investigación determinó que sólo del Palacio presidencial Elysée, la residencia del primer ministro Matignon y la Asamble Nacional presentan faltantes de miles de objetos. Sólo a fines de 2018 se presentaron 2.300 denuncias por robos, 80 provenientes del Elysée y 80 de las oficinas del primer ministro.

En general, las piezas desaparecidas no son obras maestras, pero que si bien se las puede valorizar en varios miles de euros, tienen un valor patrimonial importante. Esta era una modalidad de los funcionarios antes del 2000, de tomar como souvenir los objetos. A partir de este año se comenzaron a aplicar medidas de control e inventario que los obliga a hacer declaraciones antes y después de tomar un cargo.

Una prueba de la vigencia de las nuevas disposiciones es la condena en 2010 a una ex prefecta por robar 15.000 euros en pinturas y muebles de su residencia oficial y más recientemente a un subprefecto encarcelado por dos años y multado con 180.000 euros por haber cambiado una pintura original por una copia.