Los noruegos perdieron un Rembrandt en el correo

Si esto hubiera ocurrido en alguno de nuestros países sudamericanos, es seguro que produciría carcajadas en los operadores del primer mundo. Pero no. En este caso esto sucedió en el correo de Oslo a galeristas experimentados, que prefirieron este sistema en lugar de los «onerosos seguros y los costos de los transportistas que son muy caros» (en nuestro país los que ríen son los hermanos Méndez, transportistas de arte líderes en el país, que acuñaron la frase «no confundir cajón con embalaje»).
Afortunadamente se trata tan sólo de un aguafuerte del artista realizado en 1698, que sólo fue valuado entre 40.000 y 50.000 coronas (unos 8.600 dólares).
Lo curioso que el correo, además de ofrecer una compensación de sólo 500 a 1.000 coronas, le recomendó a la galería utilizar un sistema más seguro.