Madrid: Pequeño formato en el Museo Sorolla
Publicado el marzo 2, 2019
Escrito por Adrian Gualdoni Basualdo

En el soberbio palacete que sirviera de vivienda y taller a Joaquín Sorolla y Bastida (1863-1923) en el madrileño paseo del General Martínez Campos, se encuentra abierto desde 1932 el Museo que conserva y difunde su obra. Frutos de su labor, entre otros, está el catálogo razonado de las pinturas del artista, realizado en 1953 por Bernardino de Pantorba, así como la realización de numerosas exposiciones que tuvieron como eje central la obra de Sorolla y sus vínculos con otros artistas de su época.
Como novedad absoluta, desde febrero y hasta el próximo 29 de septiembre, las salas del museo alojan a la muestra “Cazando impresiones. Sorolla en pequeño formato”, en las que se exhiben 227 pinturas, muchas de ellas inéditas.
En tablillas y cartones que no superan los 20 cm. de longitud, el artista realizó lo que él mismo denominaba “notas de color” y donde se manifestaba con soltura y libertad, aunque acabaron trascendiendo el concepto de bocetos o trabajos preparatorios emancipándose con identidad propia. Figuras, escenas –como la “Playa de Biarritz” que
Ilustra estas líneas- detalles, objetos y siempre la luz, la gran protagonista de la gesta artística sorollana, revistan entre los motivos de estas pequeñas pinturas como piezas de un gran caleidoscopio.
Así lo expresa su bisnieta Blanca Pons-Sorolla, directora del museo y curadora, junto con Consuelo Luca de Tena y María López Fernández, de la muestra, cuando al referirse a estas pinturas señala que ellas constituyen una suerte de “diario de vida” del artista. “Aquí apreciamos la síntesis de su mirada, en la que analiza lo que le interesa en cada momento. Ellas le permiten plasmar sus ideas con rapidez. Salvo casos excepcionales, no son estudios para lienzos posteriores. Son obras en si mismas”.
Entre las obras que integran la exposición figuran 44 procedentes de colecciones privadas, reunidas tras un largo trabajo de búsqueda y obtención, que aumentan el interés ya suscitado por la muestra.
“La mayoría de estas piezas -concluye Blanca Pons-Sorolla en su texto de presentación- representa el disfrute del pintor. Ese no poder parar de pintar… Estas creaciones son sus joyas. Son aquellas que pintaba para él, su pura intimidad.”