Madrid: Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana en el Prado
Publicado el octubre 6, 2019
Escrito por Adrian Gualdoni Basualdo

La temporada otoñal va poniendo las luces más altas en el competitivo mundo de los museos del hemisferio norte. Más visitantes implican más y mejores sponsors y recursos, y tras ellos van los directivos de las instituciones museísticas.
En el madrileño Museo del Prado, sin duda el más representativo museo de España, se encuentran culminando los preparativos para la inauguración, prevista para el 22 de octubre, de una muestra dedicada a dos pintoras que descollaron en los finales del Renacimiento: Sofonisba Anguissola (c1535-1625) y Lavinia Fontana (1552-1614).
A través de unas 60 obras, la exposición mostrará la personalidad artística de estas dos mujeres italianas, que en algún momento de sus trayectorias se vincularon con la española corte de los Austria, alcanzando en su tiempo el reconocimiento y la notoriedad que posteriormente fueron perdiendo hasta caer en un injustificado olvido.
De la curaduría de la muestra es responsable Leticia Ruiz, quien actualmente dirige en el Prado el departamento de Pintura Española del Renacimiento, quien pondrá énfasis en los aspectos históricos, sociales y culturales de la época en que ambas artistas trabajaron y en las dificultades y escollos que debieron superar por su condición femenina.
Las obras que integrarán la exposición, que estará abierta al público hasta febrero del año próximo, proceden en su mayor parte del museo que las presenta, como el “Retrato de la reina Ana de Austria”, de Anguissola, que ilustra estas líneas, contándose con cesiones de obras de los madrileños museo Lázaro Galdiano y fundación Casa de Alba, las colecciones italianas de Brera (Milán), Galerie degli Uffizi (Florencia) y Pinacoteca de Bolonia, y del estadounidense Museo de Bellas Artes de Boston.
Para la pausa gastronómica, el museo cuenta con el Café Prado, apto sólo para un ligero y poco memorable refrigerio. Pero Madrid es amplia y generosa en este sentido, y apenas a unos 200 metros, cruzando el Paseo del Prado y frente a la Iglesia del Jesús de Medinaceli, se encuentra “La Daniela”, un templo del castizo cocido madrileño, al que sirven como se debe, es decir, en los tres “vuelcos” tradicionales: la sopa, los garbanzos con las verduras y las carnes y embutidos. El esfuerzo requiere de tiempo y de un vino que, por no salir de la zona, sugerimos sea un tinto manchego, recio como la tierra de la que procede.