Nueva York: Leonard Cohen en el Museo Judío
Publicado el agosto 18, 2019
Escrito por Adrian Gualdoni Basualdo

Hasta el 8 de septiembre próximo se puede visitar, en la sede del Museo Judío de Nueva York (5ta Avenida y calle 92), la impactante muestra que se dedica al legado artístico de quien es considerado un ícono de la cultural global de nuestro tiempo.
Leonard Cohen (1934-2016) fue un extraordinario poeta que unió su lenguaje al de la música. Cantante personalísimo, compositor y letrista de excepción, la exposición lleva por título “A Crack in Everything”, jugando en esa expresión de una de sus canciones más reconocidas con el doble sentido de ruptura y quiebre, a la vez que de as, primero entre los suyos, que tan adecuadamente le cabe.
La muestra narra, en un guión curatorial que tuvo como responsable a John Zeppetelli, director del Museo de Arte Contemporáneo de Montreal, la vida y obra de Cohen a través de pinturas y otras expresiones plásticas encomendadas especialmente a 14 artistas internacionales que se inspiraron en sus canciones, así como dibujos propios de L.C. y la perfomance de 18 músicos procedentes de 10 países. Videos de sus actuaciones más memorables y documentación que se exhibe empleando todos los recursos de los multimedia, acentúan la inmersión en el universo coheniano. Obviamente, la omnipresencia de su música pone su particular sello a través de temas como “Suzanne”, “Bird on a Wire”, la tan difundida “Hallelujah” y, favoritas de este cronista, la versión que creó del “Pequeño vals vienés” de Federico García Lorca y el “Dance Me to the End of Love”.
La tienda del museo ha previsto un stock muy amplio de libros de Cohen, sus CD´s y partituras de sus canciones, así como todo tipo de souvenirs del evento.
La pausa gastronómica se impone en el restaurant y café que Russ & Daughters tienen desde hace poco tiempo en el Museo Judío. Fundado en 1907 en el Lower East Side neoyorquino, el legendario dely trajo a la que antaño fuera residencia de Felix Warburg, todo su universo de especialidades judías. Sugerimos un clásico bagel de salmón ahumado y, saliéndose un poco de lo que manda la ortodoxia, acompañarlo de una copa de vino tinto Shilah Shor procedente de las colinas de Judea. Vale la pena probarlo…