Papeles que cotizan bien

 

Publicado el septiembre 27, 2010

Escrito por weblatin

BA0210114Por las características de su desempeño en la última década, resulta interesante analizar algunos aspectos del comportamiento del mercado de la obra gráfica. El período seleccionado se ve influído por un crecimiento importante en la cotización de algunos artistas que sirvió como factor de arrastre en el precio de otros.
Para tener una idea de este fenómeno podemos mencionar que las operaciones desde el año 2000 a la fecha -medidas en dólares- cuadruplican las ventas de los quince años anteriores. En ese período y hasta 1995 las ventas no superaban los 10.000 dólares anuales.
Otro factor influyente en este proceso está determinado por lo reducido del mercado, donde prácticamente la actividad de un solo comprador absorbe alrededor del 70% de la gráfica en venta (además de otras operaciones de mayor envergadura). Su participación es tan relevante que algunas subastadoras «arman» un catálogo en base a sus preferencias y donde muchos siguen prendiendo velas para que continúe con su entusiasmo.
El total operado en lo que va del siglo alcanza a unos 2,2 millones de dólares por la comercialización de alrededor 2.500 piezas, distribuidas en las diferentes clasificaciones de la obra gráfica.
En lenguaje turfístico, marchan a la cabeza por muchos cuerpos los gofrados, esa técnica de relieve tan particular con la que el maestro Antonio Berni desarrollara una producción tan demandada que abarca con la comercialización de 275 piezas, con un valor de 575.000 dólares, el 27% del total de la gráfica (computando el total de las disciplinas con 374 piezas por 850.000 dólares su participación sube al 40%). Una situación similar se presenta con los aguagfuertes, el segundo grupo en volumen de las ventas, que aunque con un precio promedio inferior, aportan unas 640 operaciones positivas con un rendimiento que ronda los 400.000 dólares.
De las categorías líderes, la que muestra un vigoroso crecimiento en la década es la clasificada por las subastadoras dentro de la definición genérica de «grabados», que en los primeros cinco años del período analizado no superaban los 10.000 dólares. Los últimos han registrado niveles de 50.000. El total alcanzado por la comercialización de 617 obras redondeó 352.000 dólares y el renglón de las litografías concretó 273 ventas por 256.00.
Muy interesante fue la evolución de las serigrafías, muchas veces considerada una obra menor dentro de la producción gráfica, que se colocó en el quinto lugar con 243 obras y 136.000 dólares, mientras que las xilografías con muy poca diferencia en dinero, 136.000 y algo más en operaciones 358. Las demás clasificaciones están con un nivel de facturación inferior a los 100.000 dólares.
En el cuadro se puede apreciar la participación de los artistas con posiciones de privilegio como mencionáramos, de Antonio Berni no sólo por el gran volumen que representan los gofrados sino también por algunos de los grabados de la serie que le sirvieron para obtener el reconocimiento de la Bienal de Venecia.
Por su parte, Benito Quinquela Martín gracias a la importante revalorización de sus aguafuertes (que como en el caso de los gofrados se comercializaban años atrás a la cuarta parte o menos de su valor actual), alcanzó con unas 485 ventas 327.000 dólares.
Tercero en este ranking se situó Julio Leparc con 51 pochoir que recaudaron 99.000 dólares.

A continuación enumeramos algunos de las cotizaciones más importantes de la gráfica en los últimos años. (No incluye los grabados correspondientes al siglo XIX.

Cuadro