Paris: “Degas en la Opera” en el Museo de Orsay

 

Publicado el noviembre 10, 2019

Escrito por Adrian Gualdoni Basualdo

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La antigua estación ferroviaria de Orsay, situada a orillas del Sena y convertida en espléndido museo en 1986, aloja actualmente la muestra “Degas en la Opera”.

La exposición abierta este otoño reúne más de 200 obras de Edgar Degas (1834-1917) y hace directa referencia a la pasión con que este artista, uno de los padres del impresionismo, tomó a la vida del teatro y sus protagonistas como tema central para muchas de sus pinturas y esculturas más importantes. Bailarinas, músicos, cantantes, y también espectadores, no sólo en sus roles tradicionales en el escenario y en los palcos, plateas y pasillos del gran teatro, sino también en la intimidad de los camarines y en las duras rutinas de las salas de ensayo, se convierten en eje central de las obras de Degas.

Coproducida por los museos parisinos de Orsay y la Orangerie y la National Gallery de Washington, con el aporte de la Biblioteca Nacional de Francia, la muestra, que estará abierta al público hasta el 19 de enero próximo, cuenta con la curaduría de Henri Loyrette, quien contó con la colaboración de las expertas francesas Leila Jarboual y Marine Kisiel, y la norteamericana Kimberley Jones.

Muchas de las obras expuestas son bien conocidas del público, como la escultura “Petite danseuse de 14 ans”, que retrata en bronce a Marie von Goethem, y “La classe de danse”, pintura que ilustra estas líneas. Ambas integran las colecciones permanentes del Museo de Orsay. Se incluyen también en la muestra pinturas de los museos de Brooklin y de Houston, así como de colecciones privadas.

La amplia oferta gastronómica de este museo se integra con los cafés Campana y Opera y el restaurante Orsay. Elegimos este último, ubicado en el primer piso y en el espacio que fue del antiguo restaurant del hotel anexo a la estación ferroviaria y cuya ambientación finisecular busca recrear el clima de los años en los que Degas lo frecuentaba. Dirige los fuegos el chef Yann Landureau, quien firma una carta plena de platos tradicionales franceses, aunque con toques de modernidad y chispazos de cosmopolitismo. Damos fe, ya que su contundente lomo de Charolais es acompañado nada menos que por una “salsa chimichurri”. Insoslayable para un paladar argentino, orgulloso por esta presencia nacional en un ámbito tan francés. Para volver a la tierra que nos acoge, optamos por una copa de vino tinto de Hautes Graviéres 2016, un clásico de los viñedos de Bordeaux.