Reactivan un prostíbulo de 2000 años de antigüedad

Pareciera salido de una película del estilo de la «Dolce vitta». Dos ciudadanos italianos originarios, uno de Nápoles y otro de Pompeya, no encontraron nada mejor que aprovechar las antiguas instalaciones de las ruinas pompeyanas dedicadas a la comercialización de sexo para desarrollar algunas ancestrales fantasías.
Para ello, en compañía de un par de prostitutas penetraron en las habitaciones que aún ostentan pinturas eróticas, que ilustran a manera publicitaria las especialidades de la casa, con la intención de mantener relaciones.
Lo único con lo que no contaron los ardientes amantes fue con los sistemas de vigilancia por circuito cerrado que rápidamente alertaron a los «carabinieri» que interrumpieron la fiesta. Como el delito resultante fue la violación de propiedad privada los protagonistas ya están en libertad. Ya hay algunas mentes febriles que están pensando en incluir este tipo de aventuras en los folletos de promoción de algunos centros turísticos de la antigüedad.