Roldan 1: controversia por cuadro de Monvoisin
Publicado el mayo 9, 2011
Escrito por Mario Gilardoni

La determinación de la originalidad de una pintura de un artista fallecido, especialmente si ello ha ocurrido hace mucho tiempo, es una materia opinable, especialmente si no existen reproducciones indubitables que permitan realizar estudios serios y no meras interpretaciones.
Después de siglos la obra de Rembrandt, por ejemplo, sigue pasando del estrellato producto de la presencia en las paredes de un museo importante, a los oscuros depósitos de la misma institución, todo producto de las opiniones de expertos que no consiguen ponerse de acuerdo y en función de la mayoría son dueños de la vida o la muerte de una obra.
En el caso de la «Porteña en el templo» -que se subastará el miércoles en Roldán- como citara un coleccionista, según la versión de la historia que se tome en la controversia que acaba de surgir, da lugar al libreto para una película. El tema explotó a raíz de una carta de Bonifacio del Carril -hijo del reconocido coleccionista fallecido hace unos años- y uno de los propietarios de una obra similar -firmada por el artista- que se ofreció sin éxito en Sarachaga con una base de 600.000 dólares.
Según del Carril, la obra a rematarse -sin firmar- sería producto de la copia que hizo la hija mayor de Pedro Sáez de Zumarán, de acuerdo con el texto de una carta dirigida por un descendiente de Zumarán al padre del denunciante. La fotocopia manuscrita le fue exhibida a trastiendaplus por del Carril, corroborando su versión.
Un punto clave en la controversia legal -que seguramente traerá aparejada esta situación- es que la expresión vertida por el remitente de la misiva es de oídas, dada la distancia en el tiempo que separa ambos hechos y la dificultad de certificar su originalidad.
Por otro lado la empresa Roldán posee la documentación notarial que avala la distribución de la herencia sucesoria que conduce hasta su dueño actual y que respalda la teoría que difícilmente un heredero recibiría la copia de la obra -sin un valor económico significativo- como parte de sus derechos sucesorios. Además, poseen un certificado firmado por Aguirre Saravia, uno de los principales expertos en obra de los artistas viajeros y colaborador junto con Bonifacio del Carril (padre) de la elaboración de obras fundamentales de la iconografía argentina.
Como si todo esto fuera poco se suma la opinión del coleccionista más importante de arte argentino del siglo XIX y sin duda el principal conocedor de este tipo de obras que le manifestó a trastiendaplus que, en su opinión no sólo la obra es original de la mano de Monvoisin, sino que el se tomó el trabajo de investigar la obra de la hija de Zumarán en poder de la familia, llegando a la conclusión que por sus características plásticas le hubiera resultado imposible realizar una copia de la calidad que se ofrece a la venta.
Además de esgrimirse esa carta jurídicamente, ello daría lugar a otra demanda por parte de este último coleccionista que adquirió hace poco tiempo -después de 20 años de intentos- la otra obra que se menciona como copia por el firmante de la carta.
Como finalizará esta controversia? Sólo el tiempo lo determinará. No creemos que en caso de no concretarse la venta de «La porteña en el templo», tanto la empresa como el remitente se resignen a ver malograda una operación que parte de una base de 200.000 dólares.