Un nuevo paso del mercado de arte en la tecnología digital: la exhibición de obras mediante hologramas

 

Publicado el abril 24, 2022

Escrito por Mario Gilardoni

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Entre otras calamidades, la invasión rusa a Ucrania ha provocado un descalabro en los precios e itinerarios del transporte en general, afectando también al mercado de arte.

Para reducir los cuellos de botella que genera esta nueva situación y a fines de reducir costos, Christie´s está experimentando una forma con vistas al futuro, de trasladar obras de arte. La obra está expuesta en San Francisco y luego será transportada a través de la nube a Hong Kong.

Para ello, la rematadora ha comenzado a utilizar la tecnología de hologramas para llevar a cabo esta gira de una escultura de Degas estimada en 20 millones de dólares.

Para lograrlo, Proto, una empresa de tres años con sede en Los Ángeles, se asoció con Christie’s para llevarse a cabo uno de los aspectos más destacados de las ventas de mayo de la casa de subastas, “Petite danseuse de quatorze ans” de Edgar Degas (est. $20m- $30m) de la colección de Anne Bass, de gira como un holograma de alta gama.

En el pasado, lo que comúnmente se conoce como hologramas eran instalaciones costosas y únicas. Proto ha desarrollado grandes vitrinas y software que producen pantallas volumétricas, interactivas y convincentes, “hologramas” que permiten mostrar imágenes realistas en lo que parecen tres dimensiones. Las unidades se transportan fácilmente y las imágenes aún más, por lo que las reproducciones holográficas se pueden enviar a cualquier parte del mundo que dispongan de un dispositivo Proto.

Si estos dispositivos se pusieran de moda (lo cual es posible, pero se debe tener en cuenta la lentitud con la que cambia el mundo del arte convencional), la forma en que se transportan las obras, especialmente las esculturas que se presentan en ferias de arte y subastas, podrían cambiar. En teoría, las máquinas Proto podrían ayudar a reducir los viajes en avión y la huella de carbono del mundo del arte.

Resultará interesante ver la aceptación de este sistema por parte de los compradores, ya que de alguna manera resultaría una propuesta similar a vender pinturas u otras técnicas bidimensionales por medio de fotografías. En este caso concurre a favor de la propuesta que “la pequeña bailarina” es una pieza súper conocida y que este sistema podría mostrar más allá de ella, su estado de conservación.